Desvío

Admitámoslo, nada de esto es necesario, no corro peligro si no lo hago, es más bien un ejercicio de acomodación, solo me acomodo, me acomodo a no morir, lo mismo que hacen ustedes. Todo indica que soy alérgico al mundo, o más bien al revés, por eso me trata de expulsar, soy un huésped no invitado pero tampoco se atreve a echarme de una vez, no, se está divirtiendo, él no tenía nada que hacer antes de que yo llegara, a mi me agarró y me va a dar hasta la muerte, yo haré lo mismo, ambos lo sabemos, esto es a muerte. Y fíjate que la mía viene primero, así que tendré que agilizar, no puedo darme el lujo de perder tiempo con un enemigo que me rodea, que soy yo. Aquí llegamos, no lo quería decir, ya si hemos descubierto una gran verdad: “SOY YO”. Y hasta bonito se ven esas dos palabritas, la O y la Y, y una S que no se ve mal, que simetría logran esas letras, no como la horrible J que la llevo hasta en el nombre. Pero para algo escribo esto, sí, ya lo vieron, es evidente, esto no es escritura, esto es vómito, no por ser hediendo y asqueroso, sino por ser la expulsión de algo que viene de adentro porque estaba haciendo daño. No, no, no, no, olvídense de todo esto, era un simulacro, nadie resulto herido, aunque tampoco se probó nada, a no ser que… a no ser que (introduciendo cliché. Me acabo de dar cuenta que la palabra cliché es un cliché, entonces cae dentro de las palabras autológicas), a no ser que ahora mismo en distintas partes del planeta, cuatro Todavía-no-expulsados hayamos escrito una cosa muy parecida, y dándonos cuenta de razonamiento tan tarado desviamos la mirada de la pantalla, miramos la pared, la nada, y nos estemos viendo.