Estenopo

Crecí en el mundo normal, con semanas de siete días y sin peligro aparente. Diferentes olores se turnaban y me rodeaban. Así era. En cambio lo que yo veía eran paisajes de posguerra y un mundo pequeño como mi voluntad, donde una paloma era una bestia y un susurro una mordida. Todo se reducía al pensamiento de la hormiga. Por vergüenza o por inercia, lo disfracé. Hablaba de un mundo normal que terminó siendo igual al que ya estaba. Una hoja cayendo de un árbol no era más peligrosa que una hoja cayendo de un árbol. Ni tan dorado ni tan mancillado. Mentí dos veces. Una cuando vi, otra cuando hablé. Mentí dos veces y por tanto dije solo la verdad. Mi mente ha sido un estenopo, mi lengua una retina.